La actualidad nos tiene acostumbrados a que todos los días la tecnología invente alguna solución nueva a un problema que no teníamos o a que cree las condiciones para que nosotros tengamos que hacer menos esfuerzo al realizar alguna actividad o que directamente ya no la tengamos que hacer. Esta vez, en cambio, la mano se les fue un poco la mano y las expectativas y han creado partículas para que puedas vivir sin respirar. Este invento que parece salido de la última película de Steven Spielberg en donde algún héroe de traje negro lucha en las profundidades oceánicas o en el espacio, se trata de microparticulas que pueden ser inyectadas directamente sobre tu torrente sanguíneo como paraoxigenar tu cuerpo incluso si tú no puedes respirar por tus propios medios o simplemente no puedes por el entorno en el que te encuentras.
Ante la dimensión y la proyección directa que hacemos sobre las posibilidades que este tipo de intervenciones puede acarrear, la pregunta sobre la composición de las partículas se desprende de nuestra mandíbula desencajada. La respuesta de los médicos es que estas partículas están compuestas por gas de oxígeno embolsado en una capa de lípidos, que para quien haya pasado por la escuela y recuerde algo, son moléculas naturales compuestas de carbono e hidrógeno que almacenan la energía o sirven como componentes para las membranas celulares. Presentes en forma de monoglicéridos, diglicéridos y triglicéridos, vitaminas y ceras, los lípidos están presentes en forma de grasas, y esto es lo que utilizan estas partículas que en tamaño no ascienden a más de 4 micrómetros.
La forma de inoculación es la conocida y temida por una gran parte de la población, pero los resultados son totalmente efectivos según las pruebas que se realizaron sobre animales, descartando un problema que se venía dando en soluciones similares a estas partículas: la embolia gaseosa, que es cuando burbujas de aire obstruyen vasos sanguíneos concentrando gran cantidad de nitrógeno sobre la sangre. En este invento llevado adelante por el equipo del John Kheir, MD, las partículas pueden estar guardadas en una solución líquida fácilmente inyectable y transportable por equipo de emergencia y paramédicos. Estamos ante un elixir de vida , cuya extensión no va más allá de los 15 a 30 minutos, pero que si todo sale bien podrá ser la forma de vivir sin respirar mientras los médicos hacen lo posible para que vuelvas a hacerlo.
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